PHOENIX – Los defensores están presionando a los legisladores de Arizona para que amplíen la cobertura de Medicaid para las mujeres después de dar a luz para ayudar a mejorar los resultados de salud materna y combatir el aumento de las muertes relacionadas con el embarazo.
Medicaid, que es administrado por el Sistema de Contención de Costos de Atención Médica de Arizona, o AHCCCS (por su sigla en inglés), cubre a las mujeres hasta 60 días después del parto. Pero el Proyecto de Ley del Senado 1272 extendería la cobertura a 12 meses después del nacimiento para atención hospitalaria o ambulatoria, medicamentos y otros servicios. También comenzaría a cubrir la atención brindada por una partera.
La medida ha sido aprobada en el Senado y está pendiente en la Cámara. Parece tener apoyo bipartidista, y los defensores enfatizan que la expansión es vital para las mujeres que experimentan complicaciones durante el embarazo o problemas físicos o emocionales después del parto.
“Sabemos… que las mujeres mueren innecesariamente, y parte del problema es la falta de atención posparto”, dijo la representante Pamela Powers Hannley, demócrata de Tucson, copatrocinadora del proyecto de ley.
En un mitin reciente en el Capitolio estatal, Katie Wilton, directora filantrópica del Phoenix Children ‘s Hospital, recordó su propia dificultad para recuperarse después del nacimiento prematuro de su hija.
“Mi cuerpo estaba pasando por todo tipo de traumas que no tenían explicación en ese momento”, dijo, y agregó que esperó de cinco a seis semanas para buscar ayuda para sobrellevar los efectos emocionales del parto.
“Estaba en una posición muy afortunada donde tenía un seguro privado, pero para esas mujeres o esas familias que están cubiertas por Medicaid, apenas les habría quedado tiempo para obtener lo que necesitan si estuvieran en la misma posición que yo”.
La legislación ampliaría la definición de personas elegibles para la cobertura de AHCCCS a familias cuyos ingresos no excedan el 150 % de las pautas federales de pobreza, lo que significa que más mujeres serían elegibles.
Casi la mitad de todos los nacimientos en los Estados Unidos están cubiertos por Medicaid. La ley federal requiere cobertura hasta 60 días después del parto, pero una disposición de la Ley del Plan de Rescate Estadounidense de 2021 les dio a los estados la opción de extender esa cobertura a 12 meses.
Alrededor de 700 mujeres mueren cada año en los EE. UU. debido a complicaciones del embarazo. Esas son muertes que ocurren durante el embarazo o el parto, o hasta un año después del parto, por una complicación, una cadena de eventos iniciada por el embarazo o el agravamiento de una condición no relacionada, según los Centros del Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sigla en inglés).
Estas muertes han ido en aumento, aunque la gran mayoría son prevenibles, según los CDC. Las mujeres de raza negra e indígenas tienen de dos a tres veces más probabilidades de morir que las mujeres blancas.
Además de las muertes directamente relacionadas con el embarazo, más mujeres mueren por lo que se considera una muerte asociada con el embarazo, es decir, por cualquier causa dentro del año posterior al parto.
En Arizona, alrededor de 70 mujeres mueren cada año dentro de los 365 días posteriores al parto, según un informe del Departamento de Servicios de Salud del estado, que estima que el 84 % de estas muertes son prevenibles.
El consumo de sustancias y las condiciones de salud mental fueron los factores principales en las muertes asociadas con el embarazo en el estado, contribuyendo al 38 % y al 28 % de las muertes, respectivamente.
“Tenemos que recordar que el embarazo y el posparto es uno de los momentos más vulnerables en la vida de una mujer… y los cambios de humor que ocurren son la complicación número 1 del embarazo”, dijo Michelle Lacy, directora ejecutiva de Women’s Health Innovations of Arizona, que brinda asesoramiento y servicios de salud mental durante y después del embarazo.
“Existe el mito de que este debería ser un momento feliz: ‘Siempre debo tener una sonrisa en la cara, y si no la tengo, entonces algo podría estar mal conmigo'”, dijo Lacy.
Cindy Lee Herrick se convirtió en defensora de la salud mental materna después de su propia batalla contra la depresión posparto tras el nacimiento de su hijo hace nueve años. Ella es una representante de Arizona de 2020 Mom, una organización sin fines de lucro con sede en Los Ángeles, que se enfoca en derribar las barreras en la atención de la salud mental materna.
“Invertir en la salud de las madres es fundamental, no solo para mitigar el riesgo de muertes maternas, sino que también tiene mucho sentido desde el punto de vista fiscal invertir en la salud de las madres que… a menudo son las principales cuidadoras de las familias”, dijo Herrick.
El informe estatal de salud materna encontró que la mayoría de las muertes asociadas con el embarazo ocurrieron entre 43 y 365 días después de que una mujer dio a luz, cuando la cobertura de Medicaid comienza a disminuir. Los defensores de la salud materna argumentan que si esas mujeres hubieran tenido acceso a la atención, podrían estar vivas hoy.
“La incidencia máxima de depresión posparto es en realidad entre tres y seis meses después del parto, mucho después de ese límite de 60 días, y la incidencia máxima de autolesiones debido a problemas de salud mental es de nueve a 12 meses después del parto”, dijo Jill Heath, un fisioterapeuta de Phoenix que trabaja con mujeres durante el embarazo y el posparto.
En una declaración en apoyo de la SB 1272, la organización sin fines de lucro Children ‘s Action Alliance dijo: “Sesenta días no es mucho tiempo para recuperarse del parto. Y significa que muchas personas se ven obligadas a renunciar a la atención médica posparto necesaria debido a los gastos. Para las personas con complicaciones de salud física o mental después del embarazo, tener una cobertura de salud confiable puede significar la diferencia entre la vida y la muerte”.
Aunque otras naciones desarrolladas han reducido las muertes maternas, Estados Unidos aún lucha. En 2018, hubo 17 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos en los EE. UU., una proporción de más del doble que la de otros países de altos ingresos, según un informe de The Commonwealth Fund. Un factor es la escasez de parteras, obstetras, ginecólogos y otros proveedores de atención materna.
Las parteras, en particular, están sub utilizadas en la atención médica, según Women Deliver, un grupo de Nueva York que aboga por una mejor atención médica para mujeres y niñas. Las parteras han apoyado a las mujeres en el parto durante siglos y están vinculadas a tasas más bajas de partos prematuros y estancias hospitalarias más cortas.
El informe de Commonwealth Fund encontró que EE. UU. y Canadá tienen las tasas más bajas de parteras disponibles, en comparación con otros nueve países.
En Arizona, las mujeres que viven en áreas rurales tienen menos acceso a la atención debido a la falta de hospitales con proveedores obstétricos. Las disparidades son más marcadas en los condados de La Paz, Greenlee, Gila, Graham, Cochise y Santa Cruz, según un informe del Centro de Salud Rural de la Universidad de Arizona.
Muchas de estas mujeres que viven en los desiertos del cuidado materno tienen que viajar largas distancias para acudir a sus citas, normalmente más de 30 minutos.
Powers Hannley recuerda su propio viaje como madre soltera y sin seguro que vivía en Tucson hace 40 años. Reconoció que tener una comunidad de apoyo de médicos y mujeres que estaban pasando por luchas similares era vital para su salud física y mental.
No todas las mujeres tienen ese tipo de apoyo, dijo, especialmente en medio de la pandemia.
“Nos apoyábamos, hacíamos ejercicio juntas, nos manteníamos juntas como grupo. Y no vemos eso hoy”, dijo. “Las mujeres están desconectadas. Están solas. Están desesperadas, especialmente algunas de ellas ahora con COVID”.
Este reportaje fue escrito y redactado originalmente en inglés por Cronkite News.